lunes, 31 de agosto de 2015

Un triciclo llamado Sue

Por Koprolitos ya hemos visto bicicletas dinosaurianas como la del noruego Markus Moestue, y en esta ocasión traemos un triciclo con forma de tiranosaurio fabricado en Portland (Oregon, Estados Unidos). Mide algo más de tres metros y medio desde el margen anterior de la cabeza hasta el final de la cola y dos metros y medio de altura, que es aproximadamente lo que mediría un individuo juvenil de tiranosaurio, y tanto la cabeza como los brazos se mueven al ritmo de las pedaladas. Su constructor, que bautizó el triciclo como Sue, acabó vendiéndolo por unos dos mil dólares.



Lo vi aquí.

domingo, 30 de agosto de 2015

El Mundo se Jorobó - Jorobarse Park (1997)


En 1997, el puertorriqueño David Aponte Pagán y un grupo de compañeros de la Universidad del Turabo llevaron a cabo esta parodia de "The Lost World - Jurassic Park" como trabajo final de la asignatura de Comunicaciones. Cuatro años antes, Aponte ya había hecho su propia versión de "Jurassic Park", que tituló "Jorobarse Park", lo que le valió el sobrenombre de "David Spielberg" en los ambientes universitarios. Con un presupuesto casi nulo, el resultado fue un mediometraje con ciertas carencias, pero compensado con mucha imaginación, que recrea las escenas más emblemáticas de la segunda parte de la saga jurásica.

viernes, 28 de agosto de 2015

Los circuitos fósiles de Peter McFarlane

El artista canadiense Peter McFarlane suele trabajar con circuitos electrónicos estropeados, convirtiendo trastos que acabarían en la basura en unas originales esculturas que recuerdan a fósiles de vertebrados. De esta forma utiliza cables y láminas de metal que va soldando para dar forma a lagartos, serpientes o peces del pasado que quedan incrustados en estas placas de color verde. Aquí dejamos una muestra de lo que McFarlane es capaz de hacer:



jueves, 27 de agosto de 2015

Variadito XIII












miércoles, 26 de agosto de 2015

Winsor McCay: Resucitando a los dinosaurios (y II)

Terminamos la entrada anterior con un ejemplo de la presencia de dinosaurios en las oníricas aventuras de Little Nemo. Sería precisamente esta serie el objeto del primer experimento animado (¡a todo color!) del artista, en 1911, a la que siguió una de sus Dreams of a rarebit fiend [1], How a mosquito operates (1912), en la que se atreve a introducir fondos aunque tenga que calcarlos por completo, fotograma a fotograma. Alentado por los resultados, decide consagrarse al dibujo animado, creando una de las primeras productoras especializadas, Animated Cartoons.

Tras un encierro de seis meses, en febrero de 1914 presentó a la humanidad a Gertie, the dinosaur, “el único dinosaurio en cautividad”. Su virtuosismo gráfico y capacidad de trabajo fueron claves para dar vida al saurópodo, que se contonea con realistas movimientos ante el primer fondo plagado de detalles del dibujo animado [2], donde el artista refleja la profundidad de campo variando el tamaño de sus personajes. El gran éxito de la cinta propició una secuela inacabada, Gertie on tour (1921), en la que McCay ya adopta la técnica del cell process.


En Las tres edades (1923) -sobre estas líneas-, Buster Keaton homenajeó al brontosaurio: “¿Recuerdan Gertie, el dinosaurio?... La primera comedia animada jamás realizada. La vi en un nickelodeon cuando tenía catorce años. Cabalgaré en un dibujo animado” [3] (traducción propia).

Gertie ha sido también el modelo utilizado para una atracción-heladería de Disneyworld o un parque infantil en Spring Lake, localidad natal de McCay.


En 1921 fue forzado por Hearst [4] a abandonar las cámaras, que absorbían gran parte de su tiempo en detrimento de sus obligaciones para con la prensa. Esto no eliminó la fascinación de McCay por los dinosaurios, como puede comprobarse en Oblibion’s cave (1922), viñeta editorial en la que ilustra una peculiar cámara de tortura.

Su hijo, Bob McCay (1896-1962) fue dibujante profesional también, aunque no llegó a alcanzar el genio de su padre, tras cuyo fallecimiento en 1934 trató de desarrollar sin mucha fortuna Little Nemo, tira para la que de niño había servido de modelo. En esta plancha algo más personal, titulada Dino, Bob muestra que no solo heredó dotes artísticas de su padre, sino también la afición a los dinosaurios.


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[1] Edwin S.Porter había realizado una adaptación temprana con actores en 1906, y el propio McCay animará más episodios en 1916-17.
[2] Que el vecino de McCay, el estudiante de arte John A. Fitsimmons dibuja una vez que las líneas generales del personaje han sido trazadas. Además, introducen un sistema novedoso de intercalado, que no patentó: dibuja los movimientos principales primero y más tarde los intermedios. El realismo resultante de todo ello es asombroso. John Randolph Bray, que había fundado su estudio el año anterior, realizando para Pathé varios filmes en los que organiza el trabajo con animadores, ayudantes y asistentes, le demandará por usar sus hallazgos (papel de calco, animación cíclica, marcas de registro…), lo que no prosperó, a diferencia de la contrademanda de McCay.
[3] Crafton, Donald: Before Mickey: The Animated Film (University of Chicago, 1993).
[4] Curiosamente, Hearst había impulsado su propio estudio animado, el International Film Service (1916-18), para adaptar las tiras de sus diarios a la pantalla; McCay no produjo nada para el mismo.

martes, 25 de agosto de 2015

Winsor McCay: Resucitando a los dinosaurios (I)

La animación es el arte de dotar de vida a dibujos u objetos inanimados. Por supuesto, estamos ante un artificio que se basa en la simulación del movimiento a través de la técnica cinematográfica. Pero, en tanto las clonaciones propuestas en Jurassic Park no pasen de adscribirse al terreno de la ciencia-ficción, se trata de la única forma que tenemos de recrear la vida de fauna extinta.

Los pioneros del dibujo animado (Emile Cohl, Walter R.Booth, Stuart Blackton) solían utilizar pizarras en las que realizaban esquemáticas caricaturas en breves fases de movimiento con objeto de mostrar que la “magia” del cine podía llegar al figurativismo.

Winsor McCay (c.1869[1]-1934), ya consagrado en la prensa como el primer genio del cómic, estaba convencido de que el medio daba para mucho más. El problema era el ingente trabajo que suponía la realización de 24 ilustraciones por segundo, en particular a la hora de mantener la continuidad de los decorados… hasta que en diciembre de 1914, Earl Hud patentó el cell process [2]. Pero McCay no pudo esperar hasta entonces para resucitar a los dinosaurios, una de sus grandes pasiones, y en febrero había presentado ya a Gertie, al que ya dedicamos esta entrada hace unos años.

La fascinación de McCay por los dinosaurios debe entenderse en su contexto: cuando solo era un niño, tuvo lugar la “guerra de los huesos” entre Marsh y Cope, que atrajo la atención de todo el país, estimulando la imaginación de niños y jóvenes.

Tras debutar en la prensa de Cincinnati, a finales de 1903 se muda a New York para dibujar en el Herald. En febrero de 1905 [3], el Museo Americano de Historia Natural (Central Park, NY) dio a conocer por primera vez el esqueleto montado de un saurópodo: un brontosaurio [4] (fotografía publicada en 1915).


Compárese con el fósil que el protagonista utiliza como montura en esta plancha de ese mismo 1905 (de 4 de marzo) de la serie de McCay Dreams of the rarebit fiend… Desde la web del Museo de Historia Natural de San Diego, se apunta que este mismo esqueleto fue el que inspiró más tarde a Gertie. Por otra parte… ¿habría que descartar que conociera también el brontosaurio que dibujó Charles Knight en 1897?

En Dreams of the rarebit fiend hay más muestras de la pasión de nuestro dibujante por los grandes saurios: pese a su voraz apetito a prueba de barcas, este dinosaurio moteado de 1910 debe ser el más desgarbado del mesozoico.

Aunque este otro de 1912, cuando ya trabaja para los diarios de W.R. Hearst (el “ciudadano Kane” de la película) no espera ni a que las fabriquen.

Y en esta plancha del siguiente año, podemos descubrir una utilidad insospechada de los gastrolitos. Todo vale en una serie que gira en torno a las pesadillas que origina la cena de cierto tipo de queso.

También en la serie estrella de McCay y una de las cumbres del arte secuencial, Little Nemo (1905), aparecen de cuando en cuando los dinosaurios.



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[1] En 1910 dijo en una entrevista que había nacido en 1869, y ése es el dato que aparece en su lápida, pero al final de su vida rectificó a 1871. El censo de Michigan habla de 1867.
[2] Para ser justos, debe reconocerse la paternidad de la técnica al alemán Julius Pinschewer en 1912, pero la Guerra impidió su difusión en Europa.
[3] Dinosaurs and Other Extinct Saurians: A Historical Perspective (Geological Society, 2010).
[4] Ya entonces era considerado un sinónimo de apatosaurio, pero un estudio de 2015 (Emanuel Tschopp, Octavio Mateus, y Roger Benson) ha concluido que se trata de especies distintas.

lunes, 24 de agosto de 2015

Fusilando sin piedad: Van Dongen after Knight


Arriba cubierta de Analog Science Fiction Vol. 66 #6 (1960) ilustrada por Henry Richard Van Dongen; abajo una reconstrucción de un Brontosaurus pintada por Charles Knight en 1898 que ya vimos versionada por Richard Corben aquí.

viernes, 21 de agosto de 2015

Tale of Snorky (1962)



Cortometraje del gran Bob Clampett, conocido principalmente por su extenso trabajo en la serie de animación Looney Tunes de Warner Bros. Emitido dentro del programa "Beany and Cecil Show", Snorky fue elegido por Clampett para ser el personaje principal de una serie de televisión con marionetas ideada para la década de los 50, pero se acabó cancelando antes de emitirse. El cortometraje está narrado a modo de canción y cuenta la vida de Snorky, hijo de un tiranosaurio y una brontosauria, y de todos los follones que va provocando a lo largo de la historia.

jueves, 20 de agosto de 2015

La trampa de Jacobs

Miembro del estudio de Hergé especializado en los fondos de Tintín, Edgar Pierre Jacobs (1904-87) destacó en solitario con su saga Blake y Mortimer (1946). Una de sus aventuras, de profético título La trampa diabólica (serializada en 1960-61 y publicada en álbum en 1962), resultó una auténtica trampa para el autor.

En primer lugar, su visión distópica del futuro (que hoy estaría tan de moda) no fue del agrado de la censura, que vetó el álbum en Francia. La segunda zancadilla se la puso él solo, al complicarse la vida con la ambientación.

El protagonista, Mortimer, viaja a diferentes momentos del pasado, entre ellos el Mesozoico. Al ver una williamsonia deduce que, como muy lejos, ha viajado 150 millones de años atrás, pero pocas viñetas después ya duda y reduce la cifra de modo incongruente a solo 100 millones.

Puesto que el siguiente hallazgo que hace es un elasmosaurio (y dado que la williamsonia no se extinguió hace 150 millones de años como cree Mortimer, ya que se han encontrado fósiles hasta en yacimientos del campaniense), parece que podríamos concretar la visita en el Cretácico Superior, lo que confirmaría la ulterior presencia de pteranodontes y un tiranosaurio…

…pero también aparecen un plateosaurio (a punto de comerse a Mortimer, pese a ser hervíboro), prosaurópodo propio del triásico, y lo que es peor, una meganeura del carbonífero.

Jacobs también comete algunos errores geográficos: sitúa la acción en Europa, donde podríamos encontrar al plateosaurio o la meganeura (e incluso se han descubierto williamsonias en Inglaterra), pero no a las criaturas cretácicas, propias de Norteamérica. No coincidieron ni en el lugar ni en el tiempo: este combate entre un plateosaurio y un tiranosaurio nunca sucedió.


Lógicamente, el autor debió desechar el carbonífero si quería dibujar dinosaurios, pero pudo centrarse en el triásico superior europeo, donde aparte del plateosaurio (y la williamsonia) podría haber ilustrado a sus anchas thecodontosaurus, scleromochlus o melanosáuridos, todos ellos ya descritos en la época en que escribió el guión.

Dicho lo cual, se trata de un álbum entretenido, ideal para pasar una tarde de verano y que, desde aquí, recomiendo a todos los amantes de la "línea clara" y el cómic en general.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Day of the Hunter (Mysteries of Unexplored Worlds)

"¡Hoy pa comel tiranosaurio al ajillo!"

Dave estaba obsesionado con la caza, nunca tenía suficiente: jaguares, leones, cocodrilos, anacondas, elefantes... "Hasta el día que tuvo la mejor caza de todas... ¡el día que la caza fue de otro mundo!". Day of the hunter es el título de esta historieta sobre uno de esos señores de Estados Unidos con gorra y escopeta que, por una de esas paranoias temporales que a veces suceden, acaba de caza mayor en el Cretácico. Dibujada por Charles Nicholas y entintada por Vince Alascia, se publicó en Mysteries of Unexplored Worlds vol. 1, # 36 (Charlton, junio de 1963), cuya cubierta corrió a cargó de Dick Giordano (más info para los detallistas aquí)








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